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El Bierzo más verde: rutas para perderse

Senderos ocultos, bosques vivos y paisajes que invitan a explorar.

Abril es el mes en que la naturaleza del Bierzo se muestra en todo su esplendor. Los bosques y praderas se tiñen de un verde intenso, los ríos corren con fuerza tras las lluvias y los cerezos empiezan a florecer, creando rincones mágicos para quienes buscan un contacto cercano con la tierra.

Es el momento ideal para recorrer senderos poco transitados y descubrir paisajes que parecen ocultos al paso del tiempo. Desde los caminos del Valle del Silencio, con su atmósfera serena y monasterios escondidos, hasta las rutas por los Ancares bercianos, donde aldeas de piedra y castaños centenarios esperan ser exploradas. Los amantes de la fotografía o la observación de aves encontrarán en abril un escenario privilegiado, donde cada amanecer ofrece una luz única y cada camino guarda un detalle sorprendente.

Además, abril es un mes perfecto para disfrutar de la gastronomía local en contacto con la naturaleza: picnics en los prados, paradas en pequeñas tabernas de montaña para probar quesos y embutidos artesanos, acompañados de un buen godello.

Abril en El Bierzo es, sobre todo, un mes para perderse y encontrarse a la vez, descubriendo un paisaje vivo y auténtico que invita a la calma y la contemplación.